La glándula pineal o epífisis es una glándula de secreción interna que forma parte del hipotálamo. Es una pequeña formación ovoidea, aplanada, que descansa sobre la lámina cuadrigémina, en el tercer ventrículo cerebral. Es la glándula que segrega la hormona melatonina, que es producida a partir de la serotonina. La epífisis, sensible a la luz, está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño. Mide unos 5 mm de diámetro.

Glándula pineal y pituitaria

Sus células se llaman pinealocitos y se subdividen en fotorreceptores y secretadores. Los fotorreceptores se encuentran en peces, anfibios y reptiles (particularmente desarrolladas en el ojo pineal de las tuátaras). En las aves se encuentran menos desarrollados y se habla de fotorreceptores modificados. En mamíferos no existen los fotorreceptores, si bien la glándula está estrechamente relacionada con la función fotosensorial.

Se une vía ganglio cervical superior y núcleo supraquiasmático hipotalámico a la retina. Así pues se puede considerar que la pineal es parte de las vías visuales y así convierte la información lumínica en secreción hormonal.

Productora de melatonina

Cuando no hay luz, la glándula pineal produce melatonina a partir de la serotonina. Está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos), y sirve para contrarrestar los efectos del síndrome de diferencia de zonas horarias (jet lag). Es también un poderoso antioxidante; y se ha comprobado que participa en la apoptosis de células cancerosas en el timo. Pero también está comprobado que altas dosis de esta hormona tienen un efecto cancerígeno. Controla el inicio de la pubertad. La producción de esta hormona disminuye con la edad.

En filosofía

El filósofo René Descartes propuso que la glándula pineal era aquello que conectaba el cuerpo con el alma, o que la contenía. Su propuesta surge debido a que la glándula pineal no está duplicada bilateralmente en el cuerpo, y además creía (erróneamente) que era exclusivo de los seres humanos.

Los escritores occidentales que investigaron los chakrás (centros de energía hinduistas) consideraban que la glándula pineal sería el «tercer ojo».

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