Iodo: sus propiedades

El iodo es un mineral traza con una distribución mundial muy variable. Los lugares del planeta en cuyo suelo falta este mineral son descritos como el “cinturón del bocio”, ya que el déficit de este mineral provoca esta enfermedad principalmente. Las personas que se alimentan exclusivamente de los alimentos producidos en estas zonas deficientes en iodo tienen muchas probabilidades de desarrollar bocio.

Un adulto tiene un contenido de iodo entre los 20 y 50 miligramos. La mayor parte de este mineral está concentrado en la glándula tiroides. El iodo es fundamental para el desarrollo y funcionamiento de esta glándula, siendo también parte integral de la tiroxina, principal hormona producida pora la glándula tiroides.

El iodo está relacionado con una gran cantidad de sistemas enzimáticos (más de 100) controlados por las hormonas tiroideas, estando entre ellas los de producción de energía, crecimiento, reproducción, función nerviosa y renovación de la piel y el cabello.

Función en el organismo del iodo

  • Regulación de la producción de energía corporal.
  • Estimulación de la tasa del metabolismo, ayudando a que el organismo queme el exceso de grasa.
  • Fomenta el crecimiento y el desarrollo.
  • Colabora en la salud del cabello, las uñas, la piel y los dientes.
  • Favorece la conversión de los carotenos en la vitamina A.
  • Participa en la síntesis de las proteínas.
  • Facilita la absorción de los hidratos de carbono desde el intestino.
  • Estimula síntesis del colesterol.

Síntomas de su deficiencia del iodo

Bocio simple unido al hipotiroidismo, endurecimiento de las arterias, obesidad, apatía, déficit metabólico, cabello seco, pulso acelerado, palpitaciones cardiacas, temblores, nerviosismo, inquietud, irritabilidad, sensibilidad al frío, cretinismo, poliomielitis (principalmente en verano debido a la pérdida de altas dosis de iodo a través del sudor), mixedema.

Indicaciones del iodo

Trastornos del cabello, bocio, hipertiroidismo, hipotiroidismo, cretinismo, pérdida de vigor físico y mental.

Alimentos ricos en iodo: algas, pescado, sandía, hojas de mostaza, pimientos verdes, berenjenas, coles de Bruselas, cebolletas, zanahorias, alcachofas, agar-agar.

Apuntes sobre el iodo

  • No ingerir alimentos procedentes del mar puede ser causa de déficit del iodo.
  • El consumo de pescado congelado puede producir déficit de iodo por la pérdida de este mineral en el proceso de descongelación.
  • El consumo excesivo de ciertos alimentos puede producir déficit de iodo (coles, repollos, yuca, soja, mostaza, nabos, nueces, etc.).
  • Nunca se debe recomendar el consumo de más de 500 mcg diarios de iodo inorgánico por un período prolongado ya que puede resultar tóxico.
  • El iodo natural procedente de fuentes orgánicas tales como en la forma de kelp no presenta toxicidad. Se puede consumir entre 3 y 6 tabletas diarias, con aproximadamente 200 mcg de iodo orgánico por cada una sin la aparición de síntomas indeseables.

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