La alimentación está cambiando constantemente, tanto en adultos como en niños. Sobre todo, los últimos años ha habido un cambio considerable con la irrupción de alimentos procesados, comida rápida y frituras que antes se consumían de manera esporádica, o si remontamos a la época de nuestro padres o abuelos directamente ni siquiera existían muchos de estos alimentos poco saludables.

Control del peso en niños

Tal vez sea drástica la decisión de poner a nuestros hijos a dieta, pero es importante tener un control de lo que come o deja de comer. La intención de los padres suele ser buena cuando se ofrecen ciertos caprichos, al igual que cuando se ponen ciertas restricciones. En esta ocasión, vamos a dar unas pautas sobre la alimentación de los niños.

¿Cuál debe ser la dieta de un niño?

Por lo general, no es una buena idea poner a un niño a dieta. Esto se debe a que hacerlo puede enviar el mensaje de que su cuerpo no es lo suficientemente bueno y que necesitan perder peso para ser aceptados a nivel global. De hecho, la investigación ha informado que un énfasis excesivo en el peso puede hacer que los niños y adolescentes crean que la belleza, el éxito y la salud solo pueden lograrse para aquellos que son delgados.

Esto puede ejercer presión sobre ellos y provocar muchos efectos perjudiciales tanto en su imagen corporal como en su relación con la comida. Además, poner a un niño a dieta puede aumentar el riesgo de trastornos alimentarios.

De cara a un estudio actual realizado en 16 países, se encontró que un impactante 22 de los niños tienen conductas alimentarias desordenadas. No hay que confundirlo con los trastornos alimentarios diagnosticables, pero sigue siendo un dato preocupante.

¿Qué es un hábito alimenticio desordenado?

La prevención de la obesidad infantil es importante para la salud de los más pequeños, ya que no solo estamos hablando de la apariencia física, sino también del bienestar del niño y de su futuro. Sin embargo, cuando los niños se sienten avergonzados o juzgados por su peso, es más probable que tengan conductas alimentarias desordenadas, por lo que debemos tratar el tema con cuidado y, si es necesario, recurrir a un profesional.

A rasgos generales, vivir con exceso de peso puede aumentar el riesgo de muchos tipos de enfermedades crónicas. Entonces, si bien no se debe ignorar el peso de un niño, existen acciones más saludables y posiblemente más efectivas que se pueden tomar en comparación con las dietas tradicionales.

A continuación, enumeramos una serie de mensajes que no deberíamos trasladar a los niños:

  • Preocupación frecuente u obsesión por la comida.
  • Normas alimentarias rígidas.
  • Restricción calórica intencional.
  • Sentimientos de culpa, vergüenza o ansiedad.
  • Sentir que no pueden controlarse con ciertos alimentos.
  • Preocupación por el peso y la imagen corporal.
  • Miedo a comer “cosas malas”.
  • Vincular la ingesta de alimentos a la autoestima.
  • Alimentación emocional excesiva.

Controlar el peso de los niños de forma segura

Una dieta equilibrada debe ser el comienzo de una relación sana entre la alimentación y los niños. En ella debes incluir todos los colores del arco iris. En caso de algún tipo de deficiencia nutricional puedes acudir al pediatra para que te asesore acerca de las vitaminas que puede tomar tu hijo en el ámbito de la suplementación infantil.

  • Lo importante es la salud, no el peso

Es fundamental poner el foco en otros indicadores de salud, no en el aspecto físico del niño. Esto puede incluir su resistencia, niveles de azúcar en sangre o presión arterial, por ejemplo. Acude al pediatra para que lo valore de manera profesional y segura.

  • Fomentar hábitos alimenticios saludables

Comer frutas, verduras, granos integrales, frijoles, frutos secos y proteínas magras puede servir de ayuda para mejorar la salud y controlar el peso del niños. Debes intentar que estos alimentos obtengan un bajo índice de azúcares añadido y grasas saturadas, aunque estas en ocasiones también forman parte de unos hábitos alimenticios saludables.

  • Practicar ejercicio físico

La actividad física beneficia la salud general de las personas de todos los tamaños corporales. Si bien puede conducir a la pérdida de peso, te recordamos que el peso no debe ser el enfoque principal. Ayuda a tu hijo a encontrar actividades que disfrute para que realmente quiera estar físicamente activo.

  • Evita etiquetar los alimentos como buenos o malos

Al igual que los adultos, los niños son propensos a querer más alimentos que creen que están prohibidos (esos que denominamos como “malos”). Esto puede hacer que coman en exceso los alimentos “restringidos”. Puedes optar por explicar y razonar por qué no debemos comer “comida basura” y el daño que pueden provocar estos alimentos a nuestro cuerpo.

  • Sin presión

Presionar a un niño puede crear un estigma negativo con algunos alimentos y dañar la relación del niño con la comida. El objetivo es alentar a que sea curioso y abierto a comer todo tipo de alimentos, incluso aquellos que pueden ser menos saludables. Por ejemplo, puede ser útil hablar sobre los alimentos que deseas que pruebe, tal vez discutiendo su sabor, apariencia o textura.

Estos solo son unos pocos consejos que puedes seguir para intervenir en el control del peso de tu hijo de manera saludable y segura. Tal vez los cambios que consigas sean más pequeños de lo esperado, pero seguro que serán significativos, ayudando a que tu hijo se comporte de forma natural y sana frente a los alimentos en general.

Conclusión

Está claro que la obesidad infantil puede tener un impacto negativo en la salud general de un niño. Sin embargo, poner a un niño a dieta rara vez es la respuesta correcta al problema, por lo que debemos fomentar hábitos saludables. Es importante que la relación del niño con su propio cuerpo sea sana, al igual que su perspectiva de la alimentación, sin demonizar ciertos alimentos ni obsesionar con una dieta sana a los más pequeños.

Para finalizar, si te preocupa el peso de su hijo, puede ser una buena idea hablar con su pediatra u otro profesional de la salud relacionado, a poder ser sin que el niño esté presente en la primera toma de contacto. En algunos casos, es posible que se deban tomar medidas adicionales, ya que cada caso puede requerir acciones completamente diferentes, siendo siempre el único objetivo satisfacer las necesidades y mejorar el estilo de vida de tu hijo.

Referencias

Dieting in adolescence. Paediatr Child Health. 2004 Sep;9(7):487-503.

Fruh SM. Obesity: Risk factors, complications, and strategies for sustainable long-term weight management. J Am Assoc Nurse Pract. 2017 Oct;29(S1):S3-S14.

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