Las alergias también se ven afectadas por los cambios bruscos del clima. Existen alergias estacionales, pero también hay otras que perduran en el tiempo y no distinguen de épocas (polvo, ácaros, alimentos…). El entorno en el que vivimos determina los riesgos a los que se enfrenta cada individuo.

Prevenir alergias

A medida que el otoño se convierte en invierno y el clima se vuelve más frío, surge una nueva amenaza de alergia. Esto ocurre cuando empieza a hacer más frío y la gente cierra sus casas y enciende la calefacción, por ejemplo. El calor levanta polvo, que está hecho principalmente de alérgenos de los ácaros del polvo. Además, los alérgenos de perros y gatos también circulan por la casa una vez que comienza el calor. E incluso las personas sin mascotas pueden recoger estos alérgenos en la ropa de los dueños de mascotas en el trabajo y en otros entornos públicos.

Prevención de los síntomas de la alergia

Afortunadamente, puede tomar medidas para ayudar a reducir o eliminar los síntomas de la alergia. La mascarilla es un aliado que muchos han descubierto con la llegada del Covid-19, su utilidad puede ser beneficiosa para personas con alergia o complicaciones respiratorias.

Además, los suplementos alimenticios pueden ser una buena opción para proteger las vías respiratorias, no solo en personas alérgicas. Se trata de prevenir posibles resfriados y contagios, fortaleciendo el cuerpo con los ingredientes naturales más adecuados para cada organismo. En estos casos, es preferible que acudas a un profesional de la salud para que te oriente acerca de la suplementación.

Por otra parte, es importante lavar la ropa inmediatamente después de trabajar al aire libre, especialmente cuando llega la época en la que el polen nos acecha en cada esquina. No obstante, incluso en inviernos hay contaminante y alérgenos que es preferible evitar y alejarlos de nuestro hogar, por lo que una limpieza concienzuda puede ser una medida de prevención apta para cualquier etapa del año.

Consecuencias de la alergia

Los expertos indican que “desafortunadamente, la historia natural de las alergias es empeorar progresivamente cada año hasta el punto en que los medicamentos de venta libre no son efectivos”. Estas declaraciones no son muy esperanzadoras, pero siempre es preferible consultar de manera individualizada con un alergólogo que pueda diagnosticar y tratar adecuadamente tu propio caso.

Uno de los casos más comunes en nuestro entorno es el de la rinitis alérgica, más comúnmente conocida como “fiebre del heno”. Uno de sus síntomas más destacados es la fatiga que tiene como resultado de la inflamación de la alergia nasal. Esto impide a las personas un sueño profundo y reparador, por lo que termina interviniendo también en el descanso y el bienestar mental del paciente.

Por último, si acudes a un alergólogo, este puede realizar una prueba cutánea que identificará alérgenos específicos. Luego, el médico puede recomendar medicamentos y controles ambientales que mantendrán los síntomas bajo control. De todos modos, para tratar de evitar, o al menos prevenir, cualquier tipo de alergia o intolerancia es importante seguir una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico a diario (moderado) y elegir el mejor suplemento alimenticio que cubra tus necesidades.

Referencias

Muche-Borowski C, Kopp M, Reese I, Sitter H, Werfel T, Schäfer T. Allergy prevention. Dtsch Arztebl Int. 2009 Sep;106(39):625-31.

Xu Q, Zhang Y, Zhang L. Effect of perennial dust mites allergy on symptom severity of autumn allergic rhinitis in adults. Allergy Asthma Proc. 2020 Sep 1;41(5):363-371.

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